Etapas del Duelo Migratorio

Published On: 23 febrero, 2025Categories: Recursos3.8 min read0 Comments on Etapas del Duelo Migratorio

Aquí te presentamos brevemente las etapas comunes que muchos atraviesan:

  1. Negación: Al principio, podemos negar la realidad de nuestra partida, aferrándonos a la familiaridad y negándose a aceptar el cambio.
  2. Ira: Sentimos una profunda frustración y enojo por tener que dejar atrás lo que conocemos y amamos, y por los desafíos que enfrentamos en el nuevo país.
  3. Negociación: Intentamos hacer acuerdos con nosotros mismos o con la situación, buscando formas de mitigar el dolor y la incertidumbre que enfrentamos.
  4. Depresión: Experimentamos tristeza, soledad y desesperanza ante la pérdida de nuestra vida anterior y la dificultad de adaptarse a una nueva realidad.
  5. Aceptación: Finalmente, llegamos a aceptar la realidad de nuestra situación y comenzamos a encontrar una forma de reconciliación con el cambio y la adaptación.

¿Qué es el duelo migratorio?

El duelo migratorio es un duelo por muchas cosas. Es un duelo múltiple. Todo lo que hay alrededor de la persona cambia, tanto más, cuanto más lejana y distante culturalmente sea la migración.

El duelo se explica por la pérdida múltiple y masiva de vínculos, con el entorno físico, social y cultural, por el dolor y la frustración de expectativas que se producen por el hecho de trasladarse desde un sitio con vínculos afectivos a otro nuevo, al que tiene que adaptarse y desarrollar nuevos vínculos.

El proceso de migración es un proceso complejo que implica dejar un “modelo de vida” y de identidad para incorporar otro “nuevo”, psicológicamente supone un cambio vital, un acontecimiento vital estresante. Asimismo se trata de un acto que afecta profundamente al individuo, a quienes le rodean y al ambiente común de una manera mutuamente determinante; es decir, involucra a los inmigrantes, a sus familiares y a la sociedad receptora

Por ello decimos que el duelo migratorio es un proceso psicológico y emocional que experimentan las personas que emigran al adaptarse a un nuevo entorno y al mismo tiempo enfrentan la pérdida de su lugar de origen. Este duelo no se refiere a la pérdida de una persona, sino a la pérdida de elementos significativos de la vida anterior, como la familia, los amigos, la cultura, y el entorno familiar.

La decisión de migrar es un proceso, en el cual, la persona decide (o se ve obligada) a dejar su lugar de origen en busca de mejores condiciones de vida que le traen consigo muchos cambios tanto a nivel económico, social y personal. Migrar encierra distintos factores que influyen en la adaptación y el duelo migratorio.

No hay un camino lineal a través de estas etapas, y es posible que experimentemos retrocesos o avances en cualquier momento; la mayoría de las veces las etapas se entremezclan, así como su secuencia, dándose retrocesos, saltos y repeticiones que dependen de muchos otros factores

No todos los migrantes viven el duelo de igual manera. Cada duelo es personal y distinto. Por ello preferimos hablar de “migraciones “ en lugar de migración, porque cada individuo es diferente y así lo serán las circunstancias en que cada uno decida partir (económicas, políticas, laborales, etc ) Migrar siempre es difícil sin importar si el desplazamiento es forzado o voluntario ya que implica desarraigarse, dejar a familiares y amigos y romper con sus propias costumbres y valores sociales.

En la migración muchas cosas cambian: el idioma, la vivencia, el trabajo, los vecinos, la familia, las costumbres, celebraciones, la comida, y dentro de todos esos cambios la persona se va acomodando a la nueva situación, se sitúa de otra manera, empieza a tener otra visión, otras prioridades y necesidades.

En ese proceso enfrentamos desafíos emocionales que pueden abrumarnos. Es importante reconocer que estos sentimientos son normales y forman parte del duelo migratorio. No obstante, hay que estar alertas si las emociones de tristeza, ira, ansiedad o desesperanza persisten en la cotidianeidad, dificultando el desarrollo de nuestras vidas.

Al reconocer y comprender estas etapas, podemos comenzar a navegar nuestro duelo migratorio con más compasión y autocuidado. Recuerda, no estás solo en este viaje. Juntos, podemos encontrar consuelo y fortaleza. En todo caso, siempre es bueno comenzar un proceso de terapia donde se puede dar lugar a las emociones que uno está sintiendo y poder ir conociendo qué nos sucede, para así enfrentar las dificultades acompañado y con más herramientas.

Ayudate esta aquí para ayudarle con este proceso, contactenos.

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